
Por: Rogel Soto
Santo Domingo, República Dominicana.
El escenario político de la República Dominicana atraviesa un periodo de transformación institucional marcado por la continuidad del liderazgo del presidente Luis Abinader, quien obtuvo un segundo mandato tras su victoria en las elecciones generales del 19 de mayo de 2024. La reelección del mandatario y la consolidación del control congresual por parte del Partido Revolucionario Moderno (PRM) configuran un nuevo ciclo de gobernabilidad caracterizado por el impulso de reformas estructurales y la redefinición de las relaciones entre los poderes del Estado.
Durante su gestión, el presidente Abinader ha promovido iniciativas orientadas al fortalecimiento institucional, la transparencia y la modernización del Estado. No obstante, sectores críticos de la sociedad civil y de la oposición han manifestado inquietudes respecto al aumento sostenido del endeudamiento público, que se aproxima a los 75 mil millones de dólares si se incluyen las cifras del Banco Central. Este aspecto representa un desafío clave para el equilibrio fiscal y la sostenibilidad económica a mediano plazo.
En el ámbito legislativo, se ha iniciado una ambiciosa reforma constitucional con el propósito de mejorar la eficiencia del sistema político. Entre los principales cambios se contempla la reducción del número de diputados, el fortalecimiento de la autonomía del Ministerio Público y la unificación de los procesos electorales a partir del año 2032. Estas modificaciones han generado un amplio debate nacional en torno a su pertinencia, alcance y garantías democráticas.
Por su parte, los partidos de oposición enfrentan un momento de redefinición interna. Organizaciones como el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Fuerza del Pueblo (FP) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) han expresado preocupaciones en torno al uso de los recursos públicos, la imparcialidad del sistema judicial y la equidad en la competencia política. Algunas de estas organizaciones demandan la suscripción de pactos nacionales en materia de educación, salud y derechos humanos, a fin de garantizar una agenda de desarrollo inclusivo.
En el plano social, persisten desafíos estructurales como la violencia de género, el embarazo adolescente y la migración irregular. Diversos colectivos sociales han denunciado la ausencia de políticas públicas efectivas y protocolos adecuados para atender a las poblaciones vulnerables, especialmente en zonas marginadas del país. En ese sentido, se han intensificado las demandas por una mayor protección de los derechos fundamentales y la creación de mecanismos de respuesta interinstitucional coordinada.
La República Dominicana también continúa experimentando un aumento progresivo de su diáspora. A finales de 2024, se estimó que cerca de 2.9 millones de dominicanos residen en el exterior, siendo los Estados Unidos el principal país receptor. Esta realidad plantea una oportunidad estratégica para fortalecer las políticas de vinculación con la comunidad dominicana en el extranjero y mejorar la prestación de servicios consulares.
Horizonte Noticioso reconoce la importancia de promover un periodismo analítico, veraz e institucional que contribuya al fortalecimiento de la democracia y al debate público constructivo. El panorama político dominicano se presenta como una oportunidad histórica para afianzar reformas, consolidar la gobernabilidad y responder de manera efectiva a las legítimas aspiraciones del pueblo dominicano.

