
Por: Martin Restituyo
La Mesa Nacional para las Migraciones y Refugiados de la República Dominicana (MENAMIRD), en el marco de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2025, comparte un mensaje de esperanza, solidaridad y reconocimiento hacia todas las personas migrantes y refugiadas que forman parte esencial del tejido social y cultural de nuestras comunidades.
La República Dominicana ha sido históricamente un espacio de encuentro y hospitalidad, donde hombres y mujeres de diferentes nacionalidades han encontrado un nuevo hogar, aportando trabajo, talento y diversidad cultural que enriquecen la vida colectiva con nuevos saberes, tradiciones y perspectivas.
La migración es más que un fenómeno social: es una expresión de vida, fe y búsqueda de dignidad. Cada persona migrante representa una historia de lucha y esperanza. Reconocer su aporte y garantizar sus derechos fortalece la justicia, la convivencia y la construcción de una sociedad más humana e inclusiva.
Desde los orígenes de la humanidad, migrar ha sido parte esencial de la experiencia humana. La fe cristiana enseña que todos somos peregrinos y forasteros, llamados a practicar la justicia, la hospitalidad y el amor hacia el extranjero. Las Escrituras lo expresan claramente:
“No maltratarás ni oprimirás al extranjero, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto” (Éxodo 22:21).
“Cuando algún extranjero more con vosotros en vuestra tierra, no lo oprimiréis. Lo amarás como a ti mismo” (Levítico 19:33-34).
“Fui forastero y me recogisteis” (Mateo 25:35).
Estos pasajes revelan que Dios ama y protege a los migrantes, nos llama a tratarlos con amor, justicia y dignidad, y que Jesús se identifica con el forastero acogido o rechazado, recordándonos que cada persona migrante es portadora de la presencia divina y merece ser recibida con compasión y respeto.
Las comunidades migrantes han contribuido de forma decisiva al desarrollo de los países de acogida y al progreso global, participando activamente en sectores como la construcción, la educación, la salud, el comercio, el arte y la cultura. Su presencia dinamiza las economías, impulsa el emprendimiento, fomenta la innovación y enriquece la vida social y espiritual de las naciones, fortaleciendo el tejido humano y promoviendo sociedades más solidarias y resilientes.
Reconocer estos aportes y garantizar su inclusión no solo es un deber de justicia y humanidad, sino también una oportunidad para construir un país más próspero, donde la diversidad cultural sea reconocida como una verdadera riqueza.
La MENAMIRD hace un llamado a toda la sociedad, autoridades, comunidades de fe, organizaciones sociales y ciudadanía, a:
Promover políticas humanas e inclusivas que protejan los derechos de migrantes y refugiados.
Fomentar la convivencia pacífica y el respeto mutuo.
Educar en valores de hospitalidad, empatía y solidaridad.
Ver en la movilidad humana una oportunidad para crecer juntos.
En esta Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2025, reafirmamos que cada migrante lleva consigo una semilla de esperanza. Al acogerlo, sembramos futuro y abrazamos culturas, caminando juntos hacia una sociedad más fraterna, justa y humana.
COMISIÓN COORDINADORA
MENAMIRD



